4.9.08

Renuévate por dentro


La semana que viene me pondré manos a la obra para desintoxicar mi cuerpo por dentro, hacer limpieza y quitar una buena cantidad de excesos que me sobran. Y todo ello mediante un método sencillo, fácil de seguir con un poquito de voluntad y con la recompensa de sentirte y sentir que tu cuerpo funciona mejor tras hacerlo.

Se trata de una cura -limpieza- del organismo, a base de savia de arce y zumo de limón.

El cuerpo humano, normalmente, se llena de multitud de sustancias, tóxicos en mayor o menor medida, o partículas que acumula e impiden un correcto funcionamiento del mismo, o bien que este realice sus tareas normales de manera no tan eficiente. Lo ideal sería poder hacer como con la maquinaria de una empresa, que para en determinados días, para hacer revisiones, y aprovechar para limpiarla por dentro para que vuelva a funcionar perfectamente. Sacar los restos de materiales inservibles, o que se quedan en zonas donde no son necesarios.

Pues bien. Esto es lo que hacemos con el cuerpo al pararlo al hacer esta cura. El cuerpo, que normalmente está casi las veinticuatro horas del día procesando alimentos y componentes químicos, al pararlo unos días, deja de hacer esas funciones. Y concentra todos sus trabajos en cosas que no puede hacer normalmente, como quitarse toxinas y expulsarlas del cuerpo. E ir limpiando diferentes zonas del mismo.

El proceso suele llevar de 7 a 10 días. Toda persona que no esté segura de estar en ese momento con unas buenas reservas de elementos necesarios, sería bueno que se hiciera algún análisis para comprobar si le falta algúno de ellos -vitaminas, minerales, oligoelementos, etc-. Una persona con buena salud, y que no haya salido de algún problema físico importante, pues, puede realizarla.

Y en qué consiste? Pues es sencillo: se trata de ingerir exclusivamente durante ese tiempo -7 o 10 días- un preparado elaborado a base de sirope de savia y palma mezclado con zumo de limón y agua al que se añade un poco de canela y una pizca de cayena picante. Mezcla que será nuestro único alimento durante esos días si bien podemos tomar, paralelamente, algunas infusiones.

La ventaja que tiene este sistema de desintoxicación es que quita la sensación subjetiva de hambre y que, en el tiempo de la cura, se pierde peso, incluso hasta 5 o 6 kgs. Y lo más importante: no sólo no se sentirá cansado sino que comprobará que tiene más energía. Incluso se sentirá más ligero y dormirá mejor.


La razón es simple: la mezcla contiene la mayor parte de las vitaminas, minerales (potasio, sodio, calcio, magnesio, zinc, manganeso y hierro), enzimas y demás oligoelementos que el organismo necesita. La grasa, obviamente, la sacará de los depósitos acumulados en el cuerpo, quemándolos. Y en cuanto a los hidratos de carbono del sirope de savia -fructosa y glucosa- son naturales porque no contiene azúcar artificial alguno. Por otra parte, el limón -también importante fuente de minerales y vitaminas, especialmente de la C- es un antioxidante natural que ayuda en la eliminación de los depósitos grasos y mejora la actividad del metabolismo. Además de ser un buen diurético. En cuanto a la cayena, además de contrarrestar el fuerte sabor dulzón del sirope de savia es una buena fuente de vitaminas del complejo B, disuelve flemas y regenera la sangre.

Prepararlo es sencillo:

Utilice una botella de litro y medio o dos de vidrio o plástico. Tras lavar bien su interior, use un embudo y vierta en ella el contenido de 12 cucharadas soperas grandes de sirope de savia de arce y palma. A continuación exprima cuatro limones grandes y eche el zumo en la botella. Después añada una pizca de cayena picante molida (la puntita de una cucharadita de café). Para terminar, y a fin de darle un toque de sabor, puede añadir media cucharadita de café de canela en polvo. Rellene después el resto de la botella de agua y agite fuertemente la mezcla. Y listo. Esto sirve para todo un día -durante el resto del día, agua, y algunas infusiones-.

Si a partir del segundo día notáis la lengua pastosa y espesa, eso es símbolo de que está el cuerpo eliminando lo que le sobra. No os preocupéis. En alguna gente el aliento huele un poco. Lógico, la porquería acumulada, al sacarla, huele. Tampoco hay problema con eso.

El estómago no precisa usar su tiempo para digerir continuamente. El riñón aprovecha para filtrar mejor. El intestino por fín descansa -que no suele hacerlo- y se regenera. Y así con otras muchas partes del cuerpo.

Es importante valorar el vivir con calidad de vida. Y, hay que reconocerlo. Cometemos demasiados excesos en nuestro cuerpo, sobre todo con la alimentación. Nunca está de más parar un poco y limpiar nuestra maquinaria. ¿Te animas?