15.6.08

Salta tu fuego sin miedo...



Hoy, muy temprano pues he tenido que estar de noche en vela, he llegado a casa con ganas de subir algún texto al blog.

Nada. Que no me viene ninguna idea. Pero siento que hay algo en el ambiente. La musa que me ronda me hace intuir que algo surgirá. No sé como funciona, pero funciona. Ojeo el "Google", en busca de imágenes, escribo palabras sin sentido -kaili, amutu, roirisa-, y dejo que sea La Red la que me muestre imágenes.

Una bella japonesa -muy hermosa, os lo aseguro-, me mira fijamente. Se llama Kaili, y no sé más, pues el texto viene en japonés. Pero creo que es decoradora de espacios. Interesante. Otra palabra más. Esta vez aparece el logotipo de una compañía canadiense de servicios. Para mí que mi musa estuvo ayer conmigo tomando bourbon, y también ha dormido unas dos horas, y fuera de casa. Mejor dejo esa opción, que me lleva por un camino cada vez más incomprensible.

Por fín la inspiración, esa intuición personal e interior, siente algo. Conéctate, vamos, ahora Víctor, ahora, abre el Msn aunque sean las nueve de la mañana del domingo. Bingo, una amiga de La Red que es una persona interesante y sorprendente -va por tí, Sussan-, está al otro lado. Tras un saludo cariñoso con la alegría que me transmite siempre, me da la idea. ¿Será que mi musa y mi amiga tienen algo en común? Todo puede ser.

Está de mudanza. Se ha dado cuenta de que necesita su espacio, donde poder tener sus momentos, y poder expandirse un poco más. Realiza cambios en su vida también. Ha aprendido a soltarse, desprenderse de lo viejo y dar paso a lo nuevo.

Es interesante ver como necesitamos, en este proceso de cambio constante, mirar lo que llevamos incorporado, examinarnos, para así deshacernos de cosas, personas y experiencias que ya no nos sirven, no nos aportan nada, o nos lastran e impiden avanzar. Cuando uno ordena y limpia un armario, y quita lo que no sirve, queda espacio para la ropa nueva. Asimismo, dejamos que personas que estaban en nuestra vida, sigan su camino, y permitimos que entren, o la Vida nos trae, nueva gente, con su aportación a nuestra experiencia vital.

En estos días llega San Juan, con sus hogueras. Antigüamente, sí significaban ese desprenderse. Cada uno de los que contribuía en la hoguera, solía poner un mueble de madera -aunque fuese una simple y vieja silla-, para dar a entender que no le  tenía apego a lo material, que podía ir y venir, y sufrir cambios. Y una vez en el fuego, saltar por encima de él, dejando de lado los miedos, y renovándose por dentro, resurgiendo del fuego la persona renovada.

Quizás este sea un buen momento. Plantearte cambios. Y realizarlos. ¿Qué puede pasar? ¿Que entre algo nuevo en tu vida? ¿algo maravilloso que no esperabas? ¿Conocer y compartir con esa persona que al fin te descubre su manera de vivir? Y eso es solo el principio. Las posibilidades, son infinitas.

Siempre hay algo de lo que desprenderse, algo que desaprender para aprender algo nuevo, ver si las personas que hay en nuestra vida nos aportan algo o hay que dejarlas marchar. Es positivo hacer limpieza de vez en cuando. ¡O hacer que la vivienda tenga habitación de invitados!.

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