25.10.10

Angela (y 2)



Toda historia tiene su continuación.

Por mucho que parezca que todo tiene su punto y final. Al cabo, todo punto es punto y aparte. O punto y seguido. El caso, es que tratándose de esta fabulosa y mágica mujer, nunca hay un final. Por suerte para mi.

Le gustan las bebidas sin azucarar. Entiéndase: té, café, infusiones varias... Es su manera de disfrutar intensamente la experiencia de los sabores tal cual, sin mucho aderezo. Asimismo, cocina con unas maneras exquisitas y unas manos que son un primor, más volviendo a lo anterior, casi tampoco usa especias ni condimentos. Ella es así, mágica. Y natural, como la vida misma.

Tiene una fuerza en su carácter espectacular. Eso se nota en todo cuanto ella hace o es. Cada gesto suyo, tiene un significado, como no para ella, y para el que sabe entenderla y comprenderla.

Gusta de los tacones altos, pues es dueña de una preciosa figura femenina. Es una mujer de la cabeza a los pies, en el sentido más ajustado del término. Sus facciones, muestran la cara de una diosa, a la vez que transmiten la espontaneidad e inocencia de las personas nobles y honradas. Su figura, es el modelado de un escultor sobrenatural, quizá del mismo Dios, que quiso recrearse unos minutos -divinos minutos- más al darle forma a esta preciosidad.

Ah, y como no. Hay que escucharla hablar. El timbre de su voz te envuelve, y te hace soñar e imaginar lugares remotos y cercanos a la vez, con su intensidad, su magia particular, y sus sensaciones. Sus palabras llevan una vibración tan limpia y llena de armonía, que al instante transforma lo negativo en positivo, lo oscuro en lleno de luz, el vacío en riqueza.

Cuando Angela mira, hay tal curiosidad en su mirada, que sin querer miras hacia donde ella. Pues sabes que algo interesante tiene que estar sucediendo allí donde ella mira. Eso cuando ella mira. Porque cuando TE MIRA... Ay, cuando te mira... Sencillamente te desarma, te derrite, hace que cualquier temor, miedo, duda, tristeza, soledad, o cualquier cosa que desees soltar, te salga, y al instante miras sus ojos, y te invade la confianza, la alegría, la compañía, la esperanza, y el lugar se llena de amor y de luces preciosas por todas partes.

Angela, es esa persona en quien siempre puedes confiar. Siempre. Es tan sincera, tan honesta, tan noble, tan abierta, tan transparente -sin por ello dejar de ser lista, no hay por que mostrarlo todo a todo el mundo, y ella sabe ser y estar-. Es tan positiva, tan vital, tan cariñosa, tan maravillosa.

Realmente, cuanto más la va uno conociendo -en mi caso el regalo de la Vida (¡y vaya regalo!) de poder amarla y compartir mi vida con ella-, más descubre en ella. Pues es como un océano sin fin. Siempre hay cosas nuevas por descubrir, lugares nuevos de ella por recorrer, y mágicas experiencias que ella te hace sentir. En eso es Angela tan grande. Siempre hay algo nuevo en ella. Y eso es una bendición. Es estupendo.

Incluso en el terreno íntimo y del placer, es una mujer sabia. Sabe hacer y dejar hacer. Sabe despertar las pasiones, despertando momentos muy excitantes, y también llevarte a disfrutar largísimos momentos de gusto relajado, tranquilo, y muy agradable. Es como una mezcla exquisita. Explosiva y tranquila a la vez.

Y bueno, ya dejo para otra entrega algunas de nuestras peripecias y experiencias varias, y de como dos cabras locas empiezan a recorrer el mundo. Os gustará seguro...

1 comentario:

Maria Manderly dijo...

UFFFFF.... me quede sin aliento leyendo todas esas virtudes , eres muy afortunado cuidala mucho porque no es frecuente una persona asi ...dale un besito de mi parte a Angela
Un abrazo